Los responsables de la política fiscal en América Latina y el Caribe se verán obligados a reflexionar sobre la efectividad de los regímenes fiscales preferentes o la efectividad de los incentivos fiscales para la atracción de la inversión extranjera directa.
Durante la reunión del G-20 desarrollada el 13 octubre en la ciudad de Roma, Italia, los ministros de finanzas de ese bloque ratificaron las propuestas del Marco Inclusivo de Proyecto BEPS de la OCDE-G20 sobre los dos pilares para abordar los desafíos de la imposición o tributación de la economía digital en el Siglo XXI.
Después de años de negociaciones y de la proliferación de medidas unilaterales, 136 Estados de los 140 que conforman el Marco Inclusivo del Proyecto BEPS ratificaron las propuestas desarrolladas sobre los dos pilares, es importante destacar que solo cuatro Estados del Marco Inclusivo no se han adherido a este acuerdo (Kenia, Nigeria, Pakistán y Sri Lanka).
Con la ratificación del acuerdo, se espera la implementación del denominado “Pilar I” que tiene la finalidad de atribuir los beneficios de los grupos multinacionales a las jurisdicciones de mercado (criterio del nexus) para los grupos multinacionales que tenga un nivel de facturación superior a los 20 mil millones de dólares y un margen de beneficios superior del 10%. La OCDE espera que 125 mil millones de dólares se reasignen a las jurisdicciones de mercado, solo quedan excluidos del ámbito aplicación del “Pilar I” la industria extractiva y los sectores financieros regulados.
Hay que resaltar que, la atribución de los beneficios, bajo el criterio del nexus con la implementación del “Pilar I”, se aplicará cuando las multinacionales generen en cualquier jurisdicción de mercado ingresos superiores a 1 millón de dólares. Sin embargo, para lo países con un PIB inferior a 40,000 mil millones de dólares, el criterio del nexus se aplicará cuando las multinacionales tengan ingresos superiores a 250,000 dólares.
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