Es imperativo que el país tome medidas para implementar el impuesto mínimo global a los grupos multinacionales, siguiendo el ejemplo de Europa que ya aplica un 15%. Los expertos señalan que de no hacerlo, se perdería una importante fuente de ingresos fiscales que serían recaudados en otras jurisdicciones. Es necesario actuar con prontitud para garantizar una distribución equitativa de la carga impositiva y evitar la elusión fiscal por parte de grandes corporaciones.
Panamá se encuentra en un momento crucial en su compromiso con el Marco Inclusivo del Proyecto BEPS al considerar la aplicación del impuesto mínimo global a las empresas multinacionales. Esta medida, ya en vigor en la Unión Europea, tiene como objetivo gravar los beneficios de las subsidiarias de grandes corporaciones. La discusión sobre la implementación de este impuesto y sus implicaciones económicas y fiscales está en pleno desarrollo en el país.
Como miembro del Marco Inclusivo del Proyecto contra la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios (BEPS), Panamá deberá adoptar medidas para aplicar el impuesto mínimo global a las multinacionales. Desde enero de este año, la Unión Europea ha estado aplicando este impuesto, que establece que los beneficios de las subsidiarias pertenecientes a grupos multinacionales con ingresos globales superiores a 750 millones de euros serán gravados a una tasa efectiva del 15%.
El análisis de este tema se encuentra en manos de las autoridades locales, aunque aún no se ha llegado a una decisión concreta. José Luis Galíndez, socio de Galíndez, Medrano y Asociados, destaca la importancia de observar el comportamiento de las multinacionales o filiales en Panamá en relación con este impuesto.
Recientemente, durante un desayuno organizado por la firma Galíndez, Medrano y Asociados, se discutió este tema con la participación de representantes de la Cámara de Comercio de Francia, representantes de la DGI, entre otros actores relevantes. En este encuentro, se mencionó el caso de una corporación multinacional con presencia en distintas zonas de Panamá y se explicó que si no se alcanza el 15% de gravamen en conjunto de todas las entidades en el país, los beneficios serán gravados en la jurisdicción de la casa matriz.
Frida Medrano, socia de la firma, enfatiza la necesidad de que Panamá implemente el impuesto mínimo global en un plazo no mayor de tres a cinco años, ya que cada año que pasa representa ingresos perdidos para el país. Asimismo, destaca la importancia de revisar qué otros beneficios se pueden ofrecer a estas empresas para incentivar su permanencia en el país en un lapso de tiempo breve.
La decisión de no aplicar este impuesto implicaría renunciar a una potencial fuente de recaudación que podría aumentar los ingresos generados en territorio panameño, según argumenta Medrano. Además, se perdería mercado, competitividad, atractivo para la inversión y la oportunidad de aprovechar las cadenas de suministro existentes, así como de dinamizar otros sectores económicos.
Es relevante señalar que en Panamá operan 191 empresas bajo la licencia de Sede de Empresa Multinacional, lo que subraya la importancia de este debate para el país.
Otro tema abordado durante el desayuno organizado por la firma Galíndez, Medrano y Asociados fue el de los precios de transferencia, un aspecto crucial en la legislación fiscal de muchos países. Estos precios se refieren al valor al que se transfieren bienes, servicios o activos entre empresas relacionadas, como subsidiarias de una misma empresa multinacional.
El objetivo principal de las normativas sobre precios de transferencia es prevenir la evasión fiscal y garantizar que las transacciones entre partes relacionadas se realicen a precios de mercado. En el contexto específico del artículo 762-I del Código Fiscal panameño, se establece una multa para los contribuyentes que omitan o presenten extemporáneamente el Informe de Precios de Transferencia.
Esta obligación de presentar el informe surge dentro de los seis meses siguientes al cierre del periodo fiscal, lo que subraya la importancia de cumplir con esta normativa para evitar sanciones económicas.
En resumen, la discusión en torno a la aplicación del impuesto mínimo global a las empresas multinacionales y la correcta gestión de los precios de transferencia son temas cruciales para Panamá en su búsqueda de fortalecer su sistema fiscal y atraer inversiones sostenibles en el largo plazo. La toma de decisiones informadas y estratégicas en estos ámbitos será fundamental para el desarrollo económico del país en un entorno global cada vez más interconectado y competitivo.
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